Buenos Aires, un día cualquiera de abril de 2009. Malena Pichot, 26 años, está triste, aturdida. Su novio la acaba de dejar. Llora encima de su cama, al lado de la cocina, en el diván. En todos lados. No para de llorar. Así varios días, semanas. La chica inteligente no puede creer que se deshaga en llanto, durante largas horas, MENOS POR UN HOMBRE.